Mi perrita se va a morir...
- paupimenteld
- 11 sept
- 3 Min. de lectura
Así empiezo a escribir... con esta frase que me ha acompañado cada minuto de estas últimas tres semanas. Era algo que ya preveía, pero, tomar la decisión de ya no hacer nada, dejarla así, hasta donde ella pueda dar.... es muy doloroso.
Más doloroso cuando tienes hijos y que sabes que vivirán un proceso de duelo tan fuerte junto contigo. Es la antesala de algo más grande pues soy consciente que la vida es así, y que eventualmente, algún familiar se irá también.
Así que después de la noticia y la decisión de no luchar más, no someterla a más cirugías ni tratamientos invasivos, decidí hablar con mis hijas y explicarles: "Nina está muy enferma, va a morir pronto de esta enfermedad. Necesito que la cuiden mucho, la traten muy bien y sobre todo... la disfruten, que le den todo su amor estas próximas semanas, aprovéchenla lo más posible ahorita que está, porque después ya no va a estar aquí con nosotros".
Esto ha traído una serie de reflexiones en mi hija mayor (6 años):
Mamá... explícame exactamente qué pasa con nuestro cuerpo cuando morimos, ¿cómo se ve?
Se ve como si te quedaras dormido. La persona que muere cierra sus ojos, se queda dormido y por dentro sus órganos se van apagando uno por uno: su riñón, su pulmón y, al final, su corazón.
¿Y qué pasa con su cuerpo? ¿sólo lo dejan ahí y ya? ¿todos se van?
No, mi amor. Viene un servicio especial que se encarga de ir por los cuerpos.
¿y que hacen con el cuerpo?
Lo entierran o lo creman. (luego me pregunta en qué consiste cada una de las opciones).
Mamá... y cuando tú mueras ¿qué vas a elegir: que te entierren o que te cremen?
Yo creo que me cremen amor, para que dejen mis cenizas en algún lugar donde fui muy feliz.
y sí yo escojo otra opción, por ejemplo, que me entierren... ¿de todas formas vamos a poder estar juntas en el cielo?
¡Qué difícil! ¡Qué incómodo! pensaba mientras respondía. ¡Ni siquiera mi propio marido sabe si quiero ser cremada o enterrada! ¿Cómo es posible que esté teniendo esta conversación con ella?
Tengo que confesarte que mi mayor miedo es la muerte. Nunca he tenido una experiencia más allá de la muerte de mis mascotas. La he pasado muy mal, porque mis mascotas siempre han sido un ancla muy fuerte a mi vida, a mis emociones, a mi parte humana. Ellos son parte de mi razón de SER... punto. El tema de dar a los más vulnerables, a los que no piden nada a cambio... mis mascotas me llevan a la parte más vulnerable de mí.
Justo hoy desperté y le decía a una de ellas: "Aay avenita ¿cómo le haces para siempre despertar tan feliz? ¿para siempre querer verme con tanta emoción en las mañanas? ¿para siempre siempre estar de buen humor?", para algunas personas se escuchará muy absurdo, pero para mí, es la versión más pura de amor que existe en el mundo.
No quiero que mis hijas vivan ese miedo a la muerte como yo lo he vivido. Quiero que gocen la vida, gocen la compañía y agradezcan lo que fue, pero, para que ellas lo aprendan, tengo que aprenderlo yo junto con ellas.
Así que aquí estoy, vaciando mis pensamientos en esta entrada, quizá siempre permanezcan aquí, quizá sea el principio de un nuevo aprendizaje, o quizá esta vez no lo logre.... y tendré que intentarlo mejor más adelante.
Pero a final de cuentas, aquí estoy tratando todos los días de abordar un tema que siempre evité... de normalizar las lágrimas frente a ellas, de acompañarlas y romper con el paradigma de la "mamá fuerte", porque sé lo que me espera... sé lo que viene y sé cómo lo voy a vivir....
Así que sigo aquí aferrada a la idea de que sí hay un cielo, y que sin importar lo que hagamos con mi cuerpo, con el cuerpo de mi hija o el cuerpo de Nina... nos encontraremos allá arriba.



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