Hablemos sobre el divorcio
- paupimenteld
- 14 ago
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“¿Crees que tengo que decírselo?”, - me preguntó asustada -. “¿De qué serviría?” - le contesté. Hay verdades que el otro no necesita saber. Si una verdad no te ayuda a crecer, a entender o a cambiar algo ¿para qué decirla? Cuando una pareja se separa, el hijo no necesita conocer todos los errores que cometieron los padres; sólo necesita saber lo indispensable y principalmente, saber que no ha sido culpa suya. Un hijo necesita ser protegido por ambos padres especialmente en los momentos más difíciles. “Entonces… ¿hasta dónde le explico?” Hasta donde ayudes a sanar y a entender. El simple conocimiento de la verdad no es suficiente para crecer, sanar, cambiar o dejar de sufrir. Una verdad no sirve de mucho si no sabes qué hacer con ella. Asegúrate de decirla esperando ofrecerle a tu hijo lo que necesita: entendimiento, amor y comprensión. Asegúrate de no dar explicaciones buscando excusas, justificaciones, ni mucho menos culpables, porque tampoco existen víctimas. En el juego de la vida adulta las únicas víctimas son los hijos. Así que ten cuidado. Tú verdad te sirve a ti, pero no necesariamente es la verdad del otro y, muchas veces, para el otro puede llegar a ser inútil o destructiva. Recuerda que las palabras no siempre curan.
En el proceso del divorcio vivirás muchas etapas, todas difíciles, pero tres de ellas cruciales para la vida emocional de tu hijo:
· Deberás hablar siempre con la verdad respetando la edad y madurez de tu hijo. Un ejemplo sería: “Pablito… ¿recuerdas aquel compañerito tuyo (Fernando) que de pronto comenzó a pelear contigo?, no compartía sus colores, en los recreos no te dejaba jugar con él y siempre buscaba un motivo para discutir. Recuerdo que tu llegabas molesto a casa, su actitud te hacía sentir incómodo, así que decidiste alejarte un poco de él. Es difícil convivir con alguien con quien discutes ¿verdad? Por este mismo motivo tu papá y yo decidimos vivir en casas separadas, porque encontramos que de esta manera podemos llevarnos mucho mejor”.
· Repite de manera constante que el amor que sienten por él jamás va a cambiar: “Pero aun cuando vivamos en casas distintas, el amor que sentimos por ti jamás va a cambiar. (dibuja en una hoja blanca un enorme corazón rojo) “¿Ves este enorme corazón rojo? Aquí adentro se encuentra todo el amor que tu papá siente por ti, y ¿sabes algo? Mi corazón es exactamente del mismo tamaño que el corazón de tu papá. Los dos sentimos el mismo amor por ti. Te queremos igual”.
· SIEMPRE habla bien de su papá: Tu función durante este proceso es hacerlo sentir amado por ambos en todo momento, independientemente de las circunstancias. Esto quiere decir que, si el papá olvida su cita, o si no le habla por teléfono, tú deberás hacerle sentir amado a pesar de todo. ¿Difícil verdad? Pero recuerda: “tu verdad te sirve a ti, pero no necesariamente le sirve al otro. Incluso puede llegar a ser destructiva.
El proceso de divorcio como tal no lástima a un hijo. Lo que lastima al hijo es la manera en que ambos (padre y madre) lo llevan a cabo. Las palabras, los silencios, las “verdades a medias” es lo que lastima. Tu hijo sabe lo que pasa… por favor deja de decir mentiras. Prepárate y enfréntalo.
Psic. Paulina Pimentel Dessens
Contacto: (6621) 893646



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